Davi Kopenawa / Asociación Hutukara Yanomami (Brasil)

...por su valiente determinación para proteger tanto los bosques y la biodiversidad de la Amazonía, como las tierras y la cultura de sus pueblos indígenas

Davi Kopenawa, del pueblo yanomami, es uno de los líderes indígenas más respetados de Brasil. Ha dedicado su vida a proteger los derechos de los yanomamis, su cultura y sus tierras en la Amazonía. Su territorio en encuentra entre los reservorios de diversidad genética más importantes del planeta, pero la alta presión política para explotar los recursos naturales de la Amazonía está provocando invasiones a las tierras indígenas. La violencia, la devastación y las enfermedades aparejadas representan una seria amenaza tanto para la biodiversidad como para la existencia misma de las tribus indígenas.

El pueblo yanomami es una de las etnias más pobladas de Brasil con aproximadamente 35,000 integrantes. Entre Brasil y Venezuela, el área ocupada por los yanomamis es el territorio indígena más grande del mundo habitado por una etnia en una selva tropical, más grande que Grecia.

El 20% de los yanomamis murió en solo siete años durante 1980 y 1990, después de que los mineros de oro destruyeran pueblos, dispararan contra personas y las expusieran a enfermedades contra las cuales no tenían inmunidad. Hoy, estas amenazas están nuevamente en aumento. Kopenawa desempeña un papel fundamental en la unión de las comunidades indígenas para resistir a los mineros, ganaderos y otros poderosos intereses que destruyen las tierras y los medios de subsistencia yanomami para obtener ganancias financieras. Kopenawa jugó un papel decisivo en la demarcación de las tierras yanomami en 1992, asegurando en Brasil más de 96,000 kilómetros cuadrados. Por su activismo de larga data, Kopenawa ha ganado muchos enemigos poderosos y constantemente enfrenta amenazas de muerte.

Davi Kopenawa it cofundador and President of the Asociación Hutukara Yanomami. Creada en 2004, the organización une y representa comunidades yanomamis esparcidas en Brasil, promoviendo los derechos indígenas en el país. Hutukara también se dedica and conservatory of the selva tropical. A la luz de la rápida disminución de la biodiversidad en todo el mundo and los efectos cada vez más graves del cambio climático, the conocimiento de los yanomamis sobre cómo preservar y habitar sus animalras de manera sostenible it significativo para el beneficio de todos.

Biografía Larga

Antecedentes

Davi Kopenawa nació alrededor de 1956 en Marakana, una comunidad yanomami sobre el río Toototobi, en el estado brasileño de Amazonas. Hacia fines de la década de 1950 y durante la década de 1960, los primeros contactos mantenidos con autoridades brasileñas, y más tarde con misioneros norteamericanos, ocasionaron enfermedades letales a los yanomamis de esta aislada región. La comunidad de Davi fue diezmada y muchos miembros de su familia, incluida su madre, murieron a causa de las epidemias que se extendieron por la zona. En la década de 1970, cuando el gobierno militar construyó una ruta a través de tierras yanomamis en la Amazonía, las comunidades a lo largo de la ruta sufrieron nuevamente. Muchos de ellos no tenían resistencia a las enfermedades traídas por los militares y los trabajadores de la construcción.

Decenas de miles de mineros de oro invadieron tierras yanomamis durante la década de 1980 con resultados catastróficos. Los mineros destruyeron aldeas yanomamis y dispararon contra sus miembros. Pero además expusieron a los yanomamis a enfermedades contra las cuales no tenían inmunidad, como el sarampión y la malaria, causando epidemias que mataron al veinte por ciento de la población.

Luchas legales por tierra y derechos

Ya a mediados de la década de 1980, Davi comenzó a presionar activamente a los funcionarios brasileños, incluidos varios presidentes, para proteger legalmente sus tierras. Como resultado de su campaña, junto con Survival International y la Comisión Pro-Yanomami, el territorio yanomami fue oficialmente reconocido por el gobierno de Brasil justo antes de la primera Cumbre de la Tierra de la ONU en Río de Janeiro, en 1992. Cubriendo más de 96,600 kilómetros cuadrados, el doble del tamaño de Suiza, este territorio es uno de los reservorios de diversidad genética más importantes del planeta y hogar de unos 35,000 yanomamis. El área combinada habitada por los yanomamis en Brasil y Venezuela lo convierte en el más grande territorio indígena de selva tropical en el mundo. A raíz de la demarcación, la policía federal retiró de la zona a decenas de miles de mineros.

Sin embargo, en 1993 un grupo de mineros ingresó a la aldea yanomami de Haximu, masacrando a la comunidad. Posteriormente, un tribunal brasileño condenó a cinco hombres por genocidio, condena reafirmada en 2006 por la Corte Suprema Federal de Brasil. Haximu es un raro ejemplo contemporáneo de enjuiciamiento exitoso por genocidio cuando se lo compara con cualquier parte del mundo. Kopenawa desempeñó un papel destacado en la promoción de este caso y posteriormente sirvió como testigo durante el juicio.

Junto a líderes de 11 comunidades yanomami en Brasil, Davi Kopenawa fundó la Asociación Hutukara Yanomami en 2004. “Hutukara” significa “la parte del cielo de donde nació la tierra” en lengua yanomami. La organización amplifica enormemente la voz de los yanomamis a nivel nacional, permitiéndoles abogar por sus derechos de una manera más fuerte y unificada. Hutukara también administra programas de educación, comunicaciones y mapeo para proteger las tierras yanomami. Kopenawa ofició de presidente desde el principio, siendo varias veces reelegido. Su objetivo especial es alentar a los yanomamis más jóvenes a participar en la defensa de sus tierras y sus derechos.

Sistemas de salud y educación yanomami

Davi siempre ha sentido curiosidad por el mundo de los napepë (no yanomami) y está dispuesto a adoptar la tecnología y la medicina occidentales en beneficio de la comunidad, sin perder ni comprometer sus valores y conocimientos ancestrales. La comprensión de Davi del mundo de la “gente blanca” fue clave para iniciar proyectos médicos y educativos vitales entre los yanomamis, desde la década de 1970 en adelante.

En la década de 1990, ayudó a la Comisión Pro-Yanomami a establecer la organización médica Urihi, que capacitó a los trabajadores de salud yanomami y redujo con éxito la incidencia de malaria y otras enfermedades al llevar médicos directamente a las comunidades para tratar a los enfermos y aplicar vacunas. Este trabajo, sin duda, salvó muchas vidas de las epidemias de malaria, sarampión e infecciones respiratorias. En 2004, la Fundación Nacional de Salud del gobierno brasileño se hizo cargo de la atención médica de los yanomamis. Kopenawa describe esto como una “tragedia para el pueblo yanomami” debido a la mala gestión crónica, la corrupción y la extracción de miembros yanomami de sus comunidades durante meses.

Con el apoyo de la Comisión Pro-Yanomami, Hutukara estableció un proyecto piloto de educación, cuyo objetivo era fortalecer la autonomía yanomami alfabetizando en su lengua y posibilitando la interacción con la sociedad nacional. Este pequeño proyecto se ha multiplicado en docenas de escuelas a lo largo de la selva tropical.

Conexión con la naturaleza

El mundo espiritual es una parte fundamental de la vida para el pueblo yanomami. Sus poderosos chamanes tienen muchos y variados roles como curanderos, cosmólogos, contadores de sueños y guardianes del conocimiento botánico. Son guiados por espíritus (xapiripë) y la sabiduría de sus antepasados. Kopenawa dice: “con nuestro conocimiento y chamanismo, los yanomamis estamos trabajando para conservar la Amazonía, no solo para nosotros sino para toda la humanidad”.

El conocimiento tradicional de los yanomamis sobre cómo preservar y habitar de manera sostenible su medio ha adquirido una importancia renovada debido a la rápida disminución de la biodiversidad en todo el mundo y al empeoramiento de los efectos del cambio climático. Kopenawa advierte que la creciente destrucción de la selva amazónica, el calentamiento global y el cambio climático acabarán con la humanidad. Sin embargo, el conocimiento de los pueblos indígenas y la capacidad de sus chamanes para comprender las fuerzas de la naturaleza son claves en la conservación de la Amazonía y su biodiversidad.

“El cielo que cae”

Davi Kopenawa es el autor del primer libro escrito por un yanomami, El cielo que cae: Palabras de un chamán yanomami (“The Falling Sky: Words of a Yanomami Shaman”, en inglés). El libro, publicado por primera vez en 2010, desafía muchos prejuicios comunes sobre los pueblos indígenas y presenta una súplica apasionada por el respeto de los derechos de su pueblo y la preservación de la selva amazónica. La revista británica New Scientist lo nominó como uno de los mejores libros de ciencia de 2013, y en 2018, el entonces editor de ambiente de The Guardian, John Vidal, lo seleccionó como uno de los mejores libros sobre deforestación.

Amenazas renovadas y lucha continua

El premio Right Livelihood llega en un momento en que las amenazas a los yanomamis y otros pueblos indígenas en Brasil vuelven a aumentar. El foco internacional se ha dirigido a la región amazónica, el sumidero terrestre de carbono más grande del mundo, debido a los niveles extraordinariamente altos de incendios forestales, más de 75,000 focos solo en agosto de 2019. La presidencia de Jair Bolsonaro presenta una amenaza renovada a los derechos y tierras indígenas. El jefe de Estado anunció que no demarcaría ni un solo milímetro cuadrado más. Por el contrario, amenazó con “revisar” los territorios indígenas reconocidos oficialmente, con el objetivo de reducir su tamaño.

Los pueblos indígenas informan que desde que Bolsonaro asumió el cargo, los ataques violentos a las comunidades, la destrucción de propiedades y las invasiones de tierras han aumentado de manera alarmante. La retórica incendiaria del presidente ha envalentonado a los mineros, madereros y ganaderos a invadir y saquear impunemente los recursos de los pueblos indígenas. Está en marcha una fiebre del oro a gran escala, y las autoridades están haciendo poco o nada para detenerla, a pesar de la vigorosa resistencia de Kopenawa, Hutukara y las asociaciones yanomami regionales.

Como resultado del proceso ilegal de extracción de oro, se han reportado niveles peligrosamente altos de envenenamiento por mercurio en algunas comunidades yanomami. Hutukara afirma que cuatro ríos principales ya han sido contaminados, una fuente vital de sustento para los yanomamis. Un estudio de muestras de cabello realizado en una comunidad yanomami en el año 2014 reveló que más del 90 por ciento de sus integrantes estaban gravemente afectados.

“Sigo luchando por los derechos de mi pueblo, nuestros derechos a la tierra, la salud, nuestro idioma y costumbres, nuestro chamanismo y más. El papel de Hutukara es defender al pueblo yanomami y nuestra tierra contra políticos, mineros, ganaderos y otros que quieren robarla. Nuestra tierra es todo lo que sabemos. No dejaré de luchar. Continuaré hasta que muera”.

Davi Kopenawa Yanomami, galardonado del Premio Right Livelihood 2019

De vuelta a Estocolmo 

Davi Kopenawa viajó por primera vez fuera de Brasil por invitación de Survival International, quien solicitó que los representara en la ceremonia del Premio Right Livelihood de 1989, en Estocolmo. Durante este viaje, Kopenawa habló del terrible impacto de la invasión de los mineros de oro en la salud y el ambiente de los yanomamis. Advirtió que los yanomamis solo sobrevivirían si se reconocían sus derechos sobre la tierra. Ahora, exactamente 30 años después, Davi y la Asociación Hutukara Yanomami reciben el Premio Right Livelihood por derecho propio.

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