Día Mundial de la Libertad de Prensa 2023: María Stella Cáceres comparte ideas sobre la historia y el estado actual de la libertad de prensa en Paraguay
News 03.05.2023
En honor al 30 aniversario del Día Mundial de la Libertad de Prensa, nos sentamos con María Stella Cáceres, periodista argentina y compañera de Martín Almada, laureado con el Premio Right Livelihood en 2002. Cáceres aporta una mirada al interior de la turbulenta historia de la libertad de prensa en Paraguay y las esperanzas para el futuro.
Right Livelihood: En 1992 Paraguay adoptó una nueva Constitución que consagra el derecho a la libre expresión. ¿Cómo afectó este cambio a los medios de comunicación?
María Stella Cáceres: Con esta Constitución se dejó atrás un período negro de 35 años de Dictadura Stronissta en el marco del Plan Cóndor, con numerosas víctimas en la prensa, periodistas. En un abanico de crímenes de lesa humanidad que va desde el acoso, represiones, cierre de medios, hasta desapariciones forzadas de personas.
Posteriormente, el inicio de la transición democrática fue una etapa luminosa. Volvieron medios, los periodistas tuvieron amplia libertad en momentos fundamentales como el hallazgo de los Archivos del Plan Cóndor, realizados gracias a la campaña contra la impunidad que llevó a cabo Martín Almada, y que tuve la oportunidad de acompañar como periodista e investigadora.
En ese momento se difundieron todos los documentos ampliamente que comprobaron el terrorismo de estado en Paraguay y en la región. También posteriormente se pusieron en evidencia grandes casos como los negociados por las grandes represas de Itaipú y de Yaciretá, y las tierras mal habidas -o la apropiación de tierras- por parte de los personeros del régimen dictatorial y extranjeros. Eran tierras fiscales que debían ser afectadas por ley a la reforma agraria, que, hasta hoy, no se cumple.
RL: ¿Por qué, a pesar de todos estos logros, la libertad de prensa se ha ido deteriorando en Paraguay?
MSC: La participación de la justicia es decisiva por su lentitud y su mezquindad. Esas dos notas permitieron que, en el transcurso de los años, los medios se fueran aglutinando, los dueños de los medios, ejerciendo verdaderamente un monopolio que hoy está vinculado a la corrupción y a la narcopolítica.
En consecuencia, el valiente sindicato de periodistas y otras expresiones han sufrido muchísimo. En este período de transición hay 20 periodistas asesinados. También hay despidos masivos, acosos, discriminación por género y una ignorancia hacia los sectores más vulnerables.
Por eso las redes alternativas y las radios comunitarias ejercen un papel fundamental en la libertad de expresión. Se ha conformado una red de radios indígenas, que hablan en lengua mbya, enxet y también guaraní. Van ganando espacio -pequeño, pero lo van ganado- las lenguas originarias, que deben ser puestas de resalto por el valor que ellas mismas tienen.
Otros acontecimientos frenan la libertad de expresión, como una ley reciente que impidió el conocimiento de las declaraciones juradas de legisladores, jueces y otros funcionarios del estado con alto rango y empresarios que licitan obras con el estado. Esa era una fuente de gran importancia para el trabajo periodístico y la comunicación y la conciencia pública sobre la ética de los personajes a quienes el estado mantiene en relación.
RL: ¿Cuál es la situación actual de la libertad de prensa en Paraguay?
MSC: Es una situación muy seria la que vive Paraguay, al punto tal que se ha conformado una mesa coordinadora para la seguridad de los periodistas. Aguardamos con mucho interés que se produzca un cambio. Tenemos mucha fe y mucho trabajo. Paraguay es un país muy estratégico, tiene la embajada de los Estados Unidos más grande de la región. Tiene proyectos como la hidrovía, que permite la salida hacia el océano Atlántico y significa grandes problemas ambientales. Una serie de cuestiones de primera importancia está en juego y provoca un gran interés de los poderes hegemónicos.
Por eso deseamos que haya un cambio y necesitamos que los sectores excluidos se puedan pronunciar, que haya una afirmación de los derechos humanos, que no haya negacionismo. Esto lo digo como directora fundadora del Museo de las Memorias de Asunción. Que se pueda cumplir todo lo necesario para el ejercicio de la libre expresión y del pensamiento, en las universidades, en la prensa, en las cátedras, en las escuelas. Una nueva actitud frente al pensamiento diverso, para que todos seamos tolerantes y solidarios y se pueda consolidar una nueva democracia éticamente solidaria.